Es un árbol caducifolio de hojas pequeñas y brillantes, verdes en primavera y verano, que en otoño se transforman en un espectáculo de tonos amarillos, anaranjados y cafés antes de caer. Puede alcanzar entre 15 y 25 metros de altura, erigiéndose como un verdadero guardián del paisaje. Su copa densa entrega sombra, refugio y alimento a aves, mamíferos e insectos, mientras que sus raíces fortalecen los suelos y ayudan a regular el agua, convirtiéndolo en un pilar esencial del ecosistema.