Estudio
Ruta L-45 KM 17, Linares.
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Los pueblos libres que detuvieron al imperio Inca

El río Maule, uno de los cursos de agua más importantes y emblemáticos de la zona central de Chile, no es solo un hito geográfico o ecológico. En tiempos prehispánicos, su cauce marcó una frontera que fue también política, cultural y simbólica: el límite sur del Imperio Inca. Allí terminaba el control del Tahuantinsuyo y comenzaba un territorio de pueblos que jamás se sometieron del todo.

Durante el siglo XV, bajo el gobierno de Túpac Yupanqui, los incas emprendieron una ambiciosa expansión hacia el sur. Desde el altiplano y el Collasuyo —una de las cuatro regiones del imperio— avanzaron por el norte y centro del actual Chile. Pero al llegar al Maule, encontraron resistencia. Diversos grupos como los promaucaes, picunches y mapuches defendieron con firmeza sus tierras. Las crónicas españolas, como las de Garcilaso de la Vega, relatan la célebre batalla del Maule, donde miles de guerreros del sur enfrentaron al ejército imperial. Aquel enfrentamiento selló el destino del río: se convirtió en el límite meridional del poder incaico.

La orilla sur del Maule fue la tierra de los pueblos libres. En lo que hoy comprende las provincias de Linares y Cauquenes, vivían comunidades autónomas, con formas propias de vida, agricultura adaptada a los valles y una espiritualidad profundamente conectada con la naturaleza. Aunque los incas lograron instalar algunos puestos y rutas en la ribera norte, la del sur permaneció como un espacio de autonomía cultural, donde la presencia imperial era difusa y, muchas veces, simbólica.

Más allá del conflicto, el Maule tenía gran valor estratégico: rutas hacia el mar, suelos fértiles, recursos minerales y acceso a productos del sur. La ribera sur ofrecía paso hacia zonas boscosas y cordilleranas, ricas en biodiversidad y habitadas por pueblos expertos en el trabajo de la piedra, la cestería y la medicina natural.

Hoy, vestigios de ese pasado siguen presentes. Petroglifos, alfarería, antiguos caminos y nombres heredados dan cuenta de un espacio donde el contacto entre mundos dejó huellas profundas. Estudiar la historia del río Maule es también reivindicar a los pueblos que defendieron épicamente sus tierras frente a un poder imperial.

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